Foto: Frederick Ortiz (Celta Baloncesto)
Otra vez en el pabellón de Navia en el mes de Abril. Calor. Mucho calor. Como en 2023. Mismo sitio, distinto lugar. Entonces, el equipo lograba el ansiado ascenso a Liga Femenina Endesa. En Navia, ¿dónde iba a ser si no? En ese sitio, Regina Aguilar recibía el MVP de la fase de ascenso. En ese lugar, en otra situación, la misma Regina jugaba con otras cinco compañeras de hace un año, por lograr la permanencia en Liga Femenina Endesa. Se buscaba el final feliz, el final más deseado. Pero éste se hizo esperar, como el gordo en la lotería de Navidad.
Tras el bocinazo final y los saludos protocolarios al equipo visitante y equipo arbitral, Cristina Cantero se dirige al centro del campo y agradece al público en forma de aplauso su inconmensurable apoyo a lo largo de la temporada. Le viene a la memoria el 0-7 del comienzo del curso. La reconstrucción interna, desde los mismos cimientos. Los esfuerzos en caminar todas juntas y con fe en el trabajo diario. No vino nadie a mejorar lo que había. No hubo fichajes salvadores. Con lo que había, se podía lograr el objetivo, se consideraba desde la parcela deportiva. Que lo que venga, nos mejore, era el mantra que se repetía. La única receta, seguir trabajando porque el mercado no ofreció lo que el equipo buscaba. Pero se confiaba en lo que había. En la ética de trabajo. Y sin embargo, toda esa confianza y ese compromiso diario con la tarea, podría llegar a no ser suficiente.
Fueron casi quince minutos de espera. En Girona, entre tiempos muertos y técnicas, no se llegaba el resultado final. Los nervios a flor de piel. Elba, desde la piña que hizo Cantero con sus discípulas, apenas es capaz de sostenerse. Había firmado su mejor partido y su cara muestra la tensión de quien no puede hacer nada más esta vez. Sólo se podía esperar. Las más veteranas, con Celeste Trahan-Davis a la cabeza, muestran mayor paz aunque la procesión va por dentro. Ella, acostumbrada a jugar finales, ahora está luchando por una salvación. La directiva Mar Mariño ve desde el móvil de su hija y en compañía del futbolista Joseph Aidoo y su pareja el final del partido por canalfeb.tv. El speaker Pablo anima la espera presentando a las jugadoras sobre la pista para que reciban el cariño del público. Las jugadoras nacionales buscan a sus parientes en la grada. Madres, padres, hermanas, … cualquier familiar para que esa mirada de tranquilidad conecte con la ansiedad presente en esos momentos.
La capitana Sara Vidal es quien peor lo pasa. Formada en la academia celta, sabe que es el espejo en el que se miran las niñas que se agolpan a su lado. La delegada Silvia Caíño, con su tableta electrónica sentada en el banquillo, permite ver a saltos de señal lo que sucede en Girona. A su alrededor, se junta un ramillete de niñas a la caza de una firma de los cromos del club. Los medios de prensa gráfica también están allí, al filo de la noticia. El equipo de retransmisión continua en canalfeb.tv con la emisión del postpartido. Nadie se quiere ir. De aquí no se va nadie hasta el final, sea el resultado que sea.
Todo parece un caos. Pero este caos resulta ser finalmente un caos maravilloso. Llegan las noticias en tiempo real. La antigua entrenadora Susana García, ahora directiva de F.G.B. tiene contacto directo con Fontajau, sin retardos de internet. Quedan dos segundos en a orillas del mediterráneo y Girona gana de tres puntos y tiene tiros libres. Está hecho. Los padres de Elba Garfella también tienen vía directa con Girona. Su grito de alegría se contagia a todo el pabellón. Este emerge en un rugido increíble. Las niñas saltan, gritan, brincan de felicidad. Cristina Cantero se abraza a Hermi y atraviesa medio campo para abrazar a Carlos Colinas. Luego hace un sprint de vuelta para abrazarse a su cuerpo técnico. Las jugadoras forman su propio corrillo. Una piña, como lo han sido todo el año. Un grupo único, trabajador, humilde. Lo han logrado.
El speaker Pablo pincha de nuevo la “Oliveira dos cen anos”. Debajo de la pancarta colgada por Sons Celestes se acude como quien acude a una catedral en peregrinación. La alegría se desborda… Navia vuelve a hervir de nuevo de alegría.
Y el calor, ese calor agobiante que nos recuerda al día de la fase de ascenso del año pasado. Y el final es el mismo de aquella feliz tarde de Domingo. Felicidad en todos los rostros. Desde la presidenta de honor Angela Molins, hasta las más jóvenes que todavía no tienen consciencia de la trascendencia del éxito alcanzado. Una permanencia que sabe a título. Una sonrisa, una foto, una pancarta, un autógrafo es lo que se comparte. Todo es felicidad en otra calurosa sesión en #lacasadelbasket.
Se logró la permanencia más cara desde que la Federación Española de Baloncesto publica las estadísticas oficiales en 1996. Ha sido largo y duro. 30 partidos oficiales, quince minutos de espera para una alegría desbordada y poder escribir, con letras mayúsculas, que CELTA ZORKA RECALVI JUGARÁ LA LIGA FEMENINA ENDESA 2024-25.